De lo bueno poco.

Existe un punto en la vida, donde te encuentras tan solo, que recurres a ti mismo, y es en ese preciso instante, en el que te das cuenta, de que necesitas a tus amigos, a los verdaderos, los de siempre.

Nunca fui de muchos amigos, me acostumbre a tener demasiados conocidos, de sobra diría yo. A quién no le ha pasado que te sumerges en el mundo de estos supuestos "amigos" y te sientes completamente vacío, te inunda una sensación de que estas hablando, pero nada sale de tu boca, o que quizás nadie puede escucharte, pero es hay cuando uno de ese montón, te escucha y pregunta amablemente ¿Estás bien, quieres hablar? Y quien te pregunta eso, un día cual quiera, en un momento cual quiera, es quien posee la habilidad es entender y quizás quien se convierta en un amigo mas adelante.

Un buen amigo, puede que te abandone en el camino de la vida, pero si el destino los vuelve a juntar, es porque así debía ser y la amistad lo puede todo, un amigo no te mentirá, puede que la verdad sea cruda pero te enseña, que ellos hacen y dicen las cosas porque te quieren.

En la vida se conoce a mucha gente, quizás amigos de verdad, y sí yo tengo pocos, los cuento con mis manos, pero de lo bueno poco y yo soy afortunada, porque con cada amigo, es una esperanza, una aventura y una alegría inmensa, porque amo la vida, amo a mis amigos y doy gracias por ello.