Delirio.

Continuo preguntándome por qué sigo acá, y no me he ido aún. Muchas veces quiero morir, quedarme en un sueño eterno de envenenamiento mental, pero lamentablemente no soy tan egoísta, como alguna vez lo pensé, si lo fuese... todo se tornaría un poco más fácil.

No me quedan fuerzas me digo, y mi cuerpo me castiga quitándome la motivación de seguir intentándolo... pero ¿para qué seguir? si no habrá nadie esperando por mí, esperando mi regreso.
Soy tan torpe, que deje morir a todos los que me importaban, los mate con mi falta de cariño y entrega, pero no pueden culparme del todo, porque ellos me aceptaron como les dije que era, fría y sin corazón, y que me importaría bien poco lo que sucediese. Eso solía decir, pero las cosas se invirtieron, y cada persona se llevo algo de mí, cada más y más y me dejaron en nada... sola triste y con un corazón latiente y lo peor de todo, es que él, se lo llevo todo, me despojo hasta de mi alma y se la vendió al diablo, dejándome así... sola.